Un cuerpo. Una actriz. Un espacio.
Bajo la premisa del deterioro de la enfermedad, una mujer transita en un espacio ajeno intentando realizar acciones que con salud le parecían más fáciles.
Los espectadores son testigos de este padecer en primera línea, pues ellos son encerrados con la mujer en un baño público de hombres. Lugar en el que se instalan atmósferas e imágenes contaminadas por fluidos abyectos.
Como estrategia escénica se utiliza la luz propia del espacio, y los elementos propios del lugar como lavamanos, retretes y urinarios; para intervenirlos con líquidos y texturas que generan rechazo a primera vista.
La actriz en absoluta entrega, repite este ejercicio performático cada vez que ingresan espectadores al sector, realizando las mismas acciones por más de tres horas. Afuera otra mujer se encarga de ingresar a los visitantes con una actitud nada cortés para los invitados que desconocen lo que ocurrirá allí.
Duración: 7 Minutos por vez